El 15 de abril quedará marcado como uno de los días más importantes para el béisbol, y en particular, el que se juega en Grandes Ligas. En esa fecha, pero de 1947, pisó los terrenos de MLB el primer jugador negro de la historia. Jackie Robinson cerró la brecha racial en el país norteño, al menos en la pelota.
Entre 1947 y 1956 con Brooklyn Dodgers, hoy Los Ángeles Dodgers, el estelar segunda base jugó 1416 partidos y pegó 1563 jits, de ellos 141 jonrones.

Este elegante pelotero robó 200 bases en total, entre estas 19 veces el home; sin embargo, no solo almohadillas estafó Robinson, sino que también se echó en los bolsillos traseros del pantalón de su uniforme millones de corazones de personas, que comenzaron a cuestionarse lo ilógico de la segregación racial en Estados Unidos.
El número 42 de Jackie fue retirado de todos los equipos ligamayoristas y cada 15 de abril se homenajea en ese torneo al pelotero que mostró mucho más que elegancia en los terrenos, enseñó valentía, paciencia y una incansable lucha por los derechos de todas las personas, independientemente de su color de piel.