Max Verstappen se bajó del RB21 con una sonrisa que lo decía todo: el neerlandés volvió a convertir el Autódromo Enzo e Dino Ferrari en su patio de juegos y sumó una nueva victoria —la número 65 de su carrera— en un Gran Premio de Emilia?Romaña jugado al ritmo del suspense.
El sobrepaso que cambió la carrera
Pese a arrancar detrás de Oscar Piastri, Verstappen necesitó apenas unos metros para hacerse dueño de la punta. Fue una maniobra quirúrgica en la Variante Tamburello: se tiró por el interior, aguantó el envite del australiano y, cuando salió de la chicane, ya tenía vía libre.
A partir de ahí convirtió la carrera en un ejercicio de control absoluto. Largó con neumáticos medios y calcó cada vuelta como si fuera un reloj suizo, hasta que un Virtual Safety Car le regaló la ventana perfecta para montar el compuesto duro y olvidarse de más paradas. De allí al banderazo, su mayor enemigo fue el tictac que marcaba Lando Norris.
McLaren mete miedo

Porque, aunque Verstappen parecía tener todo bajo llave, los dos McLaren aparecieron en el retrovisor con malas intenciones. Norris, que corrió con la fiereza de quien huele sangre, adelantó a su compañero Piastri sobre el final y se quedó con el segundo puesto. Para McLaren, fue un 2?3 que sabe a victoria y mantiene a la escudería de Woking en lo más alto del campeonato de constructores.
«Lo di todo, pero Max fue impecable. Nos vamos con un gran botín de puntos», resumió Norris, todavía con el casco en la mano.
Significado de un triunfo redondo
El éxito llega en la carrera número 400 de Red Bull en la Fórmula 1 y, de paso, achica la diferencia en el Mundial de Pilotos. Tras siete fechas, la tabla quedó al rojo vivo:
- Oscar Piastri – 146 pts
- Lando Norris – 133 pts
- Max Verstappen – 124 pts
Con Mónaco asomando en el calendario, nadie se anima a hacer pronósticos. Lo único seguro es que Verstappen volvió a poner su firma en Imola y la lucha por el título acaba de subir varios grados de temperatura.