Los Dodgers de Los Ángeles ganaron su segundo título consecutivo de las Grandes Ligas del béisbol estadounidense. En la nómina de los de California se encontraba por última vez el estelar lanzador Clayton Kershaw.
El norteño fue clave en los éxitos recientes de la franquicia, llegando a ser considerado por muchos como el mejor lanzador en la historia de Los Ángeles. Su dominio y elegancia sobre el montículo lo convirtieron en referencia para los jóvenes talentos y también sus compañeros de la MLB.
Durante su carrera mantuvo un idílico romance con su estadio, el Dodger Stadium. En la «Casa Azul» subió al montículo en 248 ocasiones y tras el juego cinco de la Serie Mundial la noche del miércoles, se paró sobre la lomita por última vez como jugador. Registró una efectividad de 2.26 en 1,479.2 innings lanzados en ese parque beisbolero.
Sus 117 victorias como local son la segunda mayor cantidad, sólo detrás de las 126 de Don Sutton. Muchas de las hazañas más notables de Kershaw ocurrieron en el Dodger Stadium, incluyendo su juego sin hit con 15 ponches ante los Rockies el 18 de junio de 2014, así como su ponche número 3,000 el 2 de julio de 2025.
Entre los muchos reconocimientos que recibió después de 18 años al más alto nivel del béisbol se incluyen tres Premios Cy Young, un Jugador Más Valioso de la Liga Nacional y la triple corona de pitcheo. Acumuló, además, once participaciones consecutivas en el Juego de Estrellas y cinco títulos de promedio de carreras limpias.
Por sus méritos y carrera intachables es un serio candidato a incluirse en el Salón de la Fama de Cooperstown. Para su suerte y la de sus aficionados pudo despedirse a lo grande, conquistando un nuevo anillo de Serie Mundial.