Tres strikes: De la cima al abismo en los primeros diez juegos de la Serie Nacional

La tabla de posiciones de la Serie Nacional siempre ofrece sorpresas, pero pocas veces sus…

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La tabla de posiciones de la Serie Nacional siempre ofrece sorpresas, pero pocas veces sus extremos han sido tan pronunciados y reveladores como en este arranque de la edición 64. La distancia entre la euforia y la frustración nunca ha sido tan grande. Desde el resurgimiento implacable de algunos equipos hasta la crisis profunda de otros, pasando por el poderío de una nueva aplanadora. 

Cocodrilos acechando un récord

Los Cocodrilos de Matanzas se han adueñado desde temprano de la cima de la tabla de posiciones con un registro de nueve victorias y un solo revés. Para encontrar un arranque de semejante calibre en la provincia, hay que remontarse a la Serie Nacional 56. Aquel equipo, dirigido por el carismático y polémico Víctor Mesa, escribió una de las páginas épicas de estos torneos al cerrar con 42 triunfos y apenas 3 fracasos en los primeros 45 juegos para dejar un total de 70 victorias (récord) en 90 desafíos.

Y aunque igualar la hazaña de aquel equipo parece una meta lejana, este arranque de 9-1 es mucho más que una anécdota; es un bálsamo de confianza y un augurio de clasificación. Un inicio tan contundente ha logrado lo impensable: borrar de la mente colectiva las rimbombantes ausencias de Erisbel Arruebarruena y Ariel Sánchez, que durante la pretemporada sembraron un manto de dudas sobre las posibilidades reales de este equipo.

¿Una nueva aplanadora?

Han tenido que pasar más de tres décadas para volver a ver la hazaña: un equipo anotando 20 o más carreras en juegos consecutivos frente a un mismo rival. La ofensiva de Santiago de Cuba, para quien aún le quedaran dudas sobre su poderío, tras barrer a un rival teóricamente accesible como los Piratas, subió la parada de manera espectacular. La víctima esta vez fue Vegueros de Pinar del Río, uno de los favoritos, que no logró contener a la desbordada ofensiva oriental.

La marca de la casa es el cuadrangular (20) donde son líderes y vienen de instaurar un record colectivo en la pasada Liga Élite. Pero es mucho más que poder, su promedio de embasado es el mejor del joven torneo (.494) y dominan también en las bases robadas (7) con un 100% de efectividad. Es esta tormenta perfecta de poder, paciencia y velocidad lo que los perfila como la ofensiva más temible y completa de la serie. No obstante, las dos versiones anteriores de “La Aplanadora” lograron algo que esta generación todavía no tiene, un campeonato ¿Será este el año de Santiago?

Un barco que se hunde y una historia que se repite

La última vez que un equipo encajó diez derrotas en su estreno fue en la Serie Nacional 49, con los Piratas de la Isla y Toros de Camagüey como protagonistas de un hecho que parecía sepultado en la historia. Fue hace tanto tiempo que todavía existían los Metros y el equipo Habana no se había dividido en dos. Quince años después la historia se repite para los filibusteros, convertidos de nuevo en el centro de la polémica tras sufrir dos barridas en el arranque del actual campeonato.

Las causas de este difícil inicio son multifacéticas y van más allá de la simple casualidad. El principal lastre parece ser la experiencia: si el equipo de la serie 49 aún contaba con pilares históricos como Michel Enríquez, Carlos Yanes, Vladimir García, Yoanis Pérez y Luis Felipe Rivera, la versión actual de los filibusteros es mucho más joven e inexperta. El éxodo constante de talento ha obligado a una reconstrucción acelerada, forzando a una generación a asumir roles para los que quizás no estaba del todo preparada, una carencia que se ha hecho especialmente evidente desde el montículo.

Para agravar este panorama, el calendario les deparó un castigo inicial: abrir la campaña con una gira de diez juegos como visitante ante dos de las alineaciones más letales del béisbol cubano, Santiago de Cuba y Las Tunas. Estamos viendo apenas los primeros lanzamientos de este torneo, pero aun así podemos encontrar tendencias. Matanzas confirma que su proyecto es sólido y es uno de los serios contendientes al título. Por otro lado, los Piratas enfrentan una crisis que exige más que ajustes tácticos. En el medio, Santiago de Cuba emerge como la gran amenaza, una fuerza ofensiva que parece no depender de rivales ni condiciones. Nos vemos en el próximo lanzamiento.


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