En una tarde inolvidable en el MetLife Stadium de Nueva Jersey, el Chelsea se coronó campeón de la Copa Mundial de Clubes 2025 tras vencer 3-0 al Paris Saint-Germain, el gran favorito del torneo. El equipo inglés, dirigido por Enzo Maresca, sorprendió al mundo con una actuación táctica impecable y una contundencia letal en los primeros minutos del partido.
Goleada temprana derrumba al PSG
Chelsea salió al campo con una intensidad asfixiante y una estrategia clara: presionar la salida de balón del PSG y explotar los espacios por las bandas. Cole Palmer fue la gran figura del encuentro, marcando dos goles en los primeros 30 minutos y asistiendo a João Pedro para el tercero antes del descanso. La defensa del PSG, que había sido sólida durante todo el torneo, cometió errores poco habituales, y el equipo nunca logró recuperarse del golpe anímico de los goles encajados tan pronto: Palmer anotó al 22’ y 30’, ambos con remates precisos tras jugadas rápidas y João Pedro sentenció el partido al 43’, tras una asistencia de Palmer.
¿Qué no logró el PSG como favorito?
El PSG llegaba a la final tras una temporada histórica: había conquistado la Champions League, la Ligue 1, la Copa de Francia y el Trophée des Champions, y había arrasado en las fases previas del Mundial de Clubes, eliminando a gigantes como Real Madrid e Inter de Milán. Sin embargo, en el momento decisivo, el equipo de Luis Enrique se vio superado física y mentalmente. La falta de frescura, tras una temporada de 65 partidos, y la presión alta ejercida por Chelsea, neutralizaron por completo el habitual juego ofensivo de los parisinos, que no lograron imponer su ritmo ni reaccionar ante el vendaval inglés.
PSG, pese a tener mayor posesión (66%), fue incapaz de generar peligro real y terminó con un jugador menos tras la expulsión de João Neves.
La conquista de la Copa Mundial de Clubes 2025 representa mucho más que un trofeo para el Chelsea. Es su segundo título mundial, tras el logrado en 2021, y cierra una temporada en la que también ganaron la UEFA Conference League. La conquista marca la consolidación de un nuevo proyecto bajo Enzo Maresca, quien ha devuelto la confianza y la identidad al club. El resultado eleva el prestigio internacional del Chelsea, que ahora presume de ser campeón en el formato más competitivo y global de la historia del torneo y, para jugadores como Cole Palmer, este triunfo los coloca entre la élite mundial y demuestra el impacto de la nueva generación blue.

El Chelsea no solo venció al favorito, sino que lo hizo con autoridad, inteligencia y carácter, dejando claro que el fútbol siempre tiene espacio para las sorpresas y las gestas inolvidables. La afición blue celebra en todo el mundo una hazaña que ya es parte de la historia grande del club y del fútbol internacional.