Tras un giro histórico para el deporte sudamericano, Asunción fue elegida oficialmente como la sede de los Juegos Panamericanos 2031, según anunció Neven Ilic, presidente de Panam Sports, tras una tensa Asamblea General extraordinaria celebrada en Santiago de Chile.
Es la primera vez que Paraguay albergará la máxima cita deportiva de las Américas, imponiéndose a la candidatura conjunta de Río de Janeiro y Niterói en una elección que mantuvo al continente en vilo hasta el último voto.
Definición
La capital paraguaya obtuvo 28 votos frente a los 24 de la dupla brasileña, logrando la mayoría simple en una asamblea a la que asistieron 52 representantes de Comités Olímpicos Nacionales. Esta cifra se alcanzó porque 40 países miembros del continente participaron con derecho a voto, varios de ellos con sufragio doble por haber sido sedes panamericanas en el pasado. La única ausencia fue la de Dominica.
Ambas ciudades finalistas realizaron exposiciones formales ante el Comité Ejecutivo, mostrando sus propuestas técnicas y económicas.
Asunción presentó un presupuesto operativo cercano a los 390 millones de dólares y propuso la construcción de una Villa Panamericana, un estadio de atletismo y un nuevo Arena en el Parque Olímpico de Luque, aspectos que convencieron a los votantes del proyecto paraguayo frente a la tradición y el legado olímpico de Río-Niterói.
Significado
El anuncio provocó festejos inmediatos en Paraguay, con declaraciones de júbilo del presidente Santiago Peña y del presidente del Comité Olímpico Paraguayo, Camilo Pérez, quienes celebraron la unión y el esfuerzo del país. “Queremos demostrar que los países pequeños pueden organizar eventos de gran magnitud con excelencia”, sostuvo Pérez, mientras Panam Sports reafirmó su apoyo a la visión integradora de este nuevo anfitrión panamericano.
La edición del 2031 marcará el debut absoluto de Paraguay como organizador panamericano y consolidará a Asunción como epicentro deportivo, luego del éxito alcanzado en los Juegos Panamericanos Junior previos.
El desafío será monumental, pero la esperanza y el compromiso nacional auguran una fiesta continental sin precedentes en el corazón de Sudamérica.