A tierras cafeteras llegaron nuestros cuatro representantes con la mira puesta en la clasificación de dos de ellos a la cita multideportiva juvenil que, en septiembre venidero, está pactada para la ciudad de Cali, y en el fogueo de cara a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Panamá 2022.
El velocista Héctor Tejadilla y el fondista Richard Díaz, ambos sub 23, buscaban su cupo a Cali, y allí estarán dentro de poco más de seis meses.
Aunque en sus respectivas modalidades no pudieron escalar el podio en las pruebas en las que compitieron, su actuación global –puntos y lugares acumulados- les dio el boleto, al que solo podía acceder un representante (uno de velocidad y uno de fondo) por país.

Primera experiencia internacional de ambos, con pistas y condiciones climáticas totalmente distintas a las que están habituados en Cuba, y una constante modificación del calendario a causa de la lluvia. Un debut en el peralte que ha dejado una grata impresión en jueces, entrenadores, atletas y prensa especializada.
A pesar de que Héctor pudo avanzar en las eliminatorias en la gran mayoría de sus eventos, a diferencia de Richard, la comparación entre ambos –que compiten en modalidades distintas- no es representativa. Aunque al final nos dejamos llevar por los resultados, que desgraciadamente es lo que cuenta en papeles, esta vez se impone dejar la superficialidad de quién llegó más lejos a un lado. El objetivo de ambos está cumplido y es lo más importante.

Adriana nos ha devuelto la esperanza
Punto y aparte merece Adriana Cantillo, experimentada ya en pistas foráneas que nos ha dejado boquiabiertos. Buscaba fogueo para los juegos centrocaribeños de Panamá y allí lo tuvo. Quería saber, a ciencia cierta, luego de una pandemia que la tuvo –como a sus compañeros- alejada de las pistas durante un buen tiempo, cuán cerca estaba el sueño de una medalla en juegos múltiples en un área geográfica minada de campeonas mundiales, y ya lo sabe. Quería sentir la adrenalina de la competencia, y terminó por romper dos records nacionales y subir al podio por delante de algunas favoritas.
Adriana Cantillo ha devuelto la esperanza de puntuar en el medallero al patinaje de carreras cubano. Con el retiro del más apasionado exponente de ese deporte en la Isla en las últimas décadas, Tony García (bronce en Cartagena 2006 y plata en Veracruz 2014), muchos pensaron que el podio para los antillanos, en los próximos años, sería esquivo. Adriana ha roto cualquier creencia infundada.
El patinaje cubano tiene en sus jóvenes un futuro promisorio y es lo más importante.

Queda hablar de Amanda García quien, aunque está ya en la categoría de mayores, todavía goza de sobrada juventud para crecerse en las pistas. Discretos resultados en los que incidió, a juicio de su entrenador René Somuhano, además del alto nivel de las rivales y el déficit de competencias en los últimos años, el factor psicológico que le da cierta inseguridad en eventos internacionales. “Amanda tenía –y tiene- condiciones físicas para obtener un mejor resultado”, recalcó el preparador.

Lo cierto es que el patinaje de carreras –un deporte excluido de los Juegos Olímpicos- tiene una escuadra de jóvenes en Cuba que mucho quieren y pueden hacer. Al no ser un deporte olímpico, muchas veces lo subestimamos y apartamos del “favoritismo” que suele cegarnos.
Los años bisiestos –que coinciden con la celebración de las citas multideportivas más importantes del planeta- suelen ser, para ellos, años de sequía competitiva, por momentos parecieran no existir. Pero por suerte estamos en un 2021 –desgraciadamente golpeado aún por la pandemia- que inicia una trilogía de lustros decisivos y en los en los que ellos –para los medalleros de eventos multideportivos- también cuentan.