Un día histórico en que Cuba sintió orgullo de su voleibol

21 de septiembre de 2001. Berlín, Alemania.

Quizás nunca antes, el hotel Adlon de la capital germana había recibido al mismo tiempo a tantas estrellas y personalidades del deporte mundial.

¿El motivo? Se efectuaba allí la gala denominada «The 20th Century Best», organizada por la Federación Internacional de voleibol para premiar a las figuras más sobresalientes de ese deporte en el siglo XX.

Era la culminación de un largo proceso de nominaciones, análisis y votaciones, que envolvió durante meses a una comisión de expertos de diferentes naciones.

Llegaba el momento de premiar a los elegidos, algunos en decisiones no exentas de polémica y criterios discutibles.

Y en medio de aquellos nombres imprescindibles a la hora de contarse la historia del voleibol en el mundo, brillaban con luz propia tres cubanos, indiscutibles protagonistas durante años de los triunfos de las «espectaculares morenas del Caribe».

Eugenio George: el Mejor Entrenador de equipos femeninos del Siglo XX

«Por sus resultados, la estabilidad, el enfoque atlético y creativo en el entrenamiento, que llevaron a los equipos cubanos a construir varias generaciones de excelentes jugadoras y dieron origen a uno de los equipos de voleibol más exitosos del siglo XX».

Así rezaba el veredicto de la comisión que designó a Eugenio George como el Mejor entrenador de equipos femeninos en la centuria.

Decisión irrefutable. Ningún otro entrenador tuvo tantos logros como él al frente de equipo alguno. Y a pesar de que se consideró sobre todo el período de los años 90 con las tres coronas olímpicas, en realidad su palmarés abarcó mucho más.

Desde 1968 asumió las riendas del conjunto femenino cubano y llevó a nuestras muchachas a ir estableciéndose poco a poco en la élite, hasta que en 1978 lograron su primer título mundial, hazaña que repitieron en 1994 y 1998.

En 1986 fueron subcampeonas del orbe. Monarcas de la Copa del Mundo en 1989, 1991, 1995 y 1999 . En 1993 y 2000 ganadoras del Grand Prix. Durante tres décadas siete veces campeonas panamericanas.

Fue el resultado de un sistema de trabajo que se creó, de una escuela con esencia propia, a la cual tributaron muchos otros entrenadores, algo que siempre reconoció Eugenio.

Por eso, Antonio Perdomo, Jorge Pérez Vento, Jorge Garbey, Luis Felipe Calderón, Eider George, Celestino Suárez recibían también simbólicamente aquel día el premio junto a Eugenio.

 Menciones entregadas en la categoría de Mejor Entrenador (f):

• Givi Akhvlediani (URSS, 1960-72)

• Hirofumi Daimatsu (Japón, 1960-64)

Regla Torres: la Mejor Jugadora del Siglo

El premio en el apartado de la mejor jugadora desató polémica. No pocos especialistas y también aficionados, sin negar la excepcionalidad de Regla Torres, consideraron que su compañera de equipo y durante muchos años capitana de la selección cubana, Mireya Luis, exhibía un superior palmarés para recibir la distinción, atendiendo sobre todo a su mayor longevidad en el alto nivel mundial.

Criterios aparte, en los cuales no vale la pena detenerse casi veinte años después, lo importante es que el premio quedó en Cuba. E indiscutiblemente los resultados y virtudes de Regla también eran impresionantes.

Una atacadora central que se desempeñaba con excelencia por toda la cancha, con una versatilidad que la hacía ser una eficaz bloqueadora, pero además una excelente receptora y poseedora de un servicio en floting incómodo, que habitualmente hacía estragos en las filas rivales.

Jugadora más valiosa y mejor bloqueadora en el Campeonato Mundial de 1994 e idénticos premios en la lid del orbe de 1998, así como mejor servicio en el Grand Prix de 1993 y mejor bloqueadora en el propio certamen de 1997 fueron algunas de las importantes distinciones que logró en su carrera,

El dictamen del jurado que le concedió el premio a la Mejor Jugadora del Siglo XX expresaba:

«Por su desempeño atlético, coraje y resistencia al liderar a la selección nacional femenina de Cuba para ganar la mayor parte de los torneos de nivel mundial de voleibol jugados entre 1992 y 2000, incluyendo tres medallas de oro olímpicas consecutivas en Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Sydney 2000; los títulos del Campeonato del Mundo en Brasil 1994 y Tokio 1998 y los de la Copa del Mundo de 1995 y 1999».

El presidente de la Federación Internacional en aquellos momentos, el mexicano Rubén Acosta, manifestó que se había tomado en cuenta para la designación de la esbelta jugadora cubana el hecho de que era una voleibolista muy completa y que había sido la más joven en ganar una medalla de oro olímpica, con apenas 17 años, en los Juegos de Barcelona.

Se concedieron menciones a Ina Riskal (URSS 1964-76) y Lan Ping (China 1981-85), máximas exponentes del voleibol mundial en esas décadas anteriores.

Mireya también estuvo presente aquel día en Berlín pues fue invitada para recibir una mención especial que se le otorgó a la selección cubana, la que para muchos debió haber sido la ganadora del premio al Mejor Equipo (f) del Siglo.

No había dudas, era el elenco que mayores logros exhibía. A lo largo de la centuria ninguna otra escuadra pudo alcanzar lo que lograron nuestras chicas.

Sin embargo, la distinción se le otorgó al plantel de Japón (1960-65), las legendarias «niñas magas del Oriente», argumentándose lo mucho que habían aportado al desarrollo del voleibol femenino en una época en que apenas gozaba de popularidad.

También se le confirió una mención a la escuadra de China (1981-86)

Los otros premiados en aquella gala fueron:

• Mejor Entrenador (m): Yasutaka Matsudaira (Japón 1964-74)

• Menciones: Julio Velasco (Italia 1990-96) y Viacheslav Platonov (URSS 1978-82)

• Mejor Jugador (m): Karch Kiraly (USA 1984-96)

• Menciones: Konstantin Reva (URSS 1949-56) y Katsutoshi Nekoda (Japón 1965-74)